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 OCIO - Libros 23/03/2002
Vacaciones de libro
JAVIER VELAZA 08:00 Horas
Un paseo imaginario por los escaparates de las librerías para ayudarle a escoger su libro de estas vacaciones.

En el umbral de las vacaciones, y con el horizonte de la Feria del Libro a la vista, las librerías se convierten en un hervidero de novedades. No siempre resulta sencillo guiarse en tal laberinto de títulos, porque las sirenas de la publicidad saben embelecar con su cantinela a los no avisados, y quien entra buscando el yelmo de Mambrino corre el riesgo de salir con bacía de barbero.

Así que amárrese el lector al mástil de su gusto literario y, si acusa síntomas de desorientación, puede echar mano del hilo que aquí se le tiende.

Los propensos a la novela autóctona tienen motivo justificado para el contento. Acaba de ver la luz la última historia de Almudena Grandes, Los aires difíciles, una narración extensa en la que dos personajes que intentan reconstruir sus vidas coinciden en una urbanización gaditana.

La lucha por huir de un pasado que no se resiste a quedar atrás, y la voluntad de conseguir un nuevo principio marcan las relaciones entre los seres y el desarrollo de la acción. En la misma editorial (Tusquets) y casi simultáneamente, Luis Landero nos ofrece El guitarrista, un texto que admite con cierta holgura la etiqueta de novela de formación y que incluye también algunas dosis de autobiografía.

La capacidad de fabulación, la maestría en el ensamblaje narrativo y la esplendidez de la prosa siguen en la línea de los libros anteriores de Landero, que se nos antoja uno de los nombres absolutamente imprescindibles de nuestra literatura.

Quienes anden un tanto rezagados pueden aprovechar para recuperar el tiempo perdido con Soldados de Salamina de Javier Cercas (Tusquets) o El cielo abierto de Álvaro Pombo (Anagrama), ambas múltiplemente laureadas –y con justicia– en los últimos meses.

Si se prefiere el género del cuento, la oferta es también muy sugestiva. Lumen nos propone Tan triste como ella y otros cuentos, en el que podemos recuperar ese particular universo de perdedores, tan consanguíneo del tango, que nos legó Juan Carlos Onetti. De William Faulkner, DeBolsillo ha rescatado Una rosa para Emily y Miss Zilphia Gant, del primero de los cuales hiciera tan sagaz comentario el recién desaparecido y lamentado Pierre Bourdieu.

A caballo entre el cuento y el microrrelato, los Días imaginarios de José María Merino (Seix Barral) exploran ese territorio de fusión entre realidad y ficción que se evidencia tan querido al autor a lo largo de su ya importante obra. Y muy digna de mención nos parece la antología Cuentos para un siglo. 100 años de premios Nobel que ha preparado Círculo de Lectores.

De las muchísimas opciones que existen entre los narradores extranjeros, me permito extraer tres de distinto nivel: un valor en alza, un consagrado y un clásico. El primero, David Leavitt, que en Martin Bauman (Anagrama) muestra el paso firme de su escritura en una historia que alterna lo formativo y lo iniciático.

El segundo, Antoni Tabucchi, de quien nos llega Se está haciendo cada vez más tarde (Anagrama); y, por supuesto, el inefable Víctor Hugo, de quien se celebra el segundo centenario del nacimiento y cuyo Manifiesto Romántico pone a nuestra disposición Península. A esta tríada los amantes de la novela de género pueden añadir Reino de sombras de Alan Furst (Umbriel), uno de los más solventes cultivadores actuales del género negro, que elabora aquí una sugerente intriga magníficamente ambientada en la Europa prebélica.

Hablando de conflictos, por supuesto, y ya en el ámbito de la no ficción, sigue siendo pingüe la cosecha de títulos relativos al 11-S. Así, por ejemplo, un volumen de Península reúne bajo el epígrafe El mundo después del 11 de septiembre de 2001 textos firmados por una prestigiosísima nómina de autores, desde Eco a Vargas Llosa, o desde Rushdie a Saramago.

Por su parte, La Esfera de los Libros presenta su Atlas de la guerra, que, simultaneando el formato gráfico y el digital, ofrece una selección de las crónicas que los periodistas de El Mundo firmaron en los días posteriores al ataque.

Al análisis de temas muy actuales están consagrados otros dos libros de mérito, ambos en el catálogo de Siglo Veintiuno: La democracia en Europa, de Larry Siedentop, y La globalización depredadora de Richard Falk, quien aboga por una nueva potenciación del estado y, a un tiempo, por una “globalización desde abajo”.

Enigmas y viajes
Los fanáticos de los enigmas de la antigüedad disfrutarán con dos propuestas de Grijalbo: El secreto de las ánforas viene firmado por Adrienne Mayor, y se plantea descubrir qué conocían griegos y romanos de los dinosaurios y de la paleontología.

La reina de Saba relata el viaje llevado a cabo por Nicholas Clapp por los territorios en los que vivió presuntamente el misterioso personaje. Y, puesto que hemos mencionado la palabra viaje, puede el lector acompañar al infatigable Dickens a través de sus Estampas de Italia que encontrará en Alba.

No podemos descuidar las consabidas efemérides, este año no menores, por cierto. El centenario de Gaudí, recién inaugurado, da pie a una nueva biografía del arquitecto, firmada por J. J. Navarro Arisa y publicada por Planeta, que la añade así a la de Gijs von Hensbergen que editó hace unos meses.

Estrecho vínculo con Gaudí tuvo otro conmemorado de alto nivel, Jacint (Mosen Cinto) Verdaguer, de quien Tusquets ofrece En defensa propia, recopilación de una parte menos conocida de su obra, los artículos en prosa.

Los amantes de la poesía tienen este año una cita inexcusable con Cernuda, cuyo centenario, suponemos, empezará pronto a dar frutos bibliográficos. Mientras tanto, no puedo sino recomendarles La caza del carabón, un extraordinario texto poético de Lewis Carroll (Lumen), a cuya edición inglesa Adolfo Sarabia ha dotado de traducción literal y literaria.

Quede aquí esta breve cartografía del laberinto. Si, de todos modos, no logra salir de él, no se preocupe: el de la literatura es un laberinto muy acogedor.

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